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Constituido Grupo de Cooperación "Alianza Agroalimentaria Aragonesa: Estrategia conjunta de comunicación"

Se ha constituido el Grupo de Cooperación "Alianza Agroalimentaria Aragonesa: Estrategia conjunta de comunicación", que está compuesto por los miembros de la propia Alianza con la incorporación del IA2 como centro tecnológico. Los miembros de la Alianza son la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA), el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos y Peritos Agrícolas de Aragón, el Colegio Oficial de Veterinarios (Huesca, Teruel y Zaragoza), las Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Aragón (UPA).

Como diagnóstico de partida, se considera que el medio rural, y en particular el sector agroalimentario, se enfrenta a una serie de retos que quedan resumidos en uno más global: la mejora de la reputación y la valorización del trabajo de los productores de alimentos. Se trata de trasladar a la sociedad en general que la producción de alimentos en cantidad y calidad suficiente, así como a precios razonables, representa una tarea compleja y que debe unir al sector para trasladar los mensajes de forma eficiente. Esta tarea se enfrenta una serie de retos que se irán analizando y abordando dentro de la estrategia de comunicación del proyecto para la mejora de la percepción social del sector agroalimentario:

  • La dualidad urbana – rural: En Aragón y en España en general, existe una dualidad entre el medio urbano y el rural que obliga a este segundo a vencer muchas dificultades para hacerse entender ante la ciudad. La ciudad también debe superar tópicos y estereotipos ideológicos y emocionales del mundo rural, que a menudo están alejados de la realidad. Las dos imágenes chocan con el concepto de medio rural dinámico y productor de bienes y servicios críticos. La creciente sensibilización en relación con el papel de la alimentación y el medioambiente en la salud contribuye sin embargo a mejorar la valoración urbana de lo rural. Las cadenas cortas, el comercio de proximidad, los productos locales, los huertos urbanos o la agricultura urbana y periurbana son fenómenos emergentes, fuertemente interrelacionados, que ofrecen nuevas posibilidades para conectar el campo y la ciudad.
  • La percepción y la comunicación: Las apariciones en medios de comunicación de los temas relativos al sector agroalimentario quedan a menudo reducidas a aspectos negativos: conflictos, desencuentros, desastres naturales, opacidad o mal uso de los recursos públicos. Estas noticias ocultan los rasgos más importantes de la producción de alimentos: una fuerte innovación y con grandes aplicaciones tecnológicas, están detrás de los productores, y con un sector que puebla y mantiene vivo el medio rural.
  • El medio ambiente: Nos enfrentamos a otro escenario que genera una incertidumbre elevada, como es el del cambio climático. Aunque la agricultura y la ganadería, no están entre los sectores con mayor aportación de emisiones de efecto invernadero, sí que en muchos casos se ha intentado criminalizar a los agricultores y ganaderos como uno de los mayores productores. Nos encontramos ante el reto de saber comunicar estos extremos a la sociedad. En cuanto a la adaptación del sector al cambio climático se tendrá que modificar la gestión en el sector agroalimentario a los efectos producidos por éste, sosteniendo los argumentos con información científica. Por otro lado la utilización de medidas tendentes a la mitigación del cambio climático, hará ver a la sociedad a la agricultura y ganadería como una potencial aliada para la lucha contra el CC.
  • La formación del sector agroalimentario: La base de cualquier sector productivo se asienta sobre un colectivo bien formado, ningún reto sectorial podrá abordarse al margen de la formación de los profesionales del sector. El Grupo nace con el propósito de elevar el nivel de formación dentro de las explotaciones agroalimentarias y las industrias, para mejorar la competitividad de las mismas, sobre todo de las empresas familiares que tienen una mayor dificultad de adaptación a los escenarios de globalización y digitalización. Con una buena formación, aparte de mejorar la competitividad del sector y afrontar los retos medioambientales, permitirá trasladar a la sociedad una mejor proyección del sector como buen aplicador de las buenas prácticas, lo que permitirá reivindicarnos como auténticos profesionales asentados en el medio rural.
  • La innovación y la digitalización: El sector agroalimentario actual demanda que sus profesionales tengan una mentalidad innovadora y enfocada hacia la digitalización, debe disponer de herramientas que le ayude en la toma de decisiones hacia la mejora de la eficiencia, pero ojo, la tecnología no debe suplir nunca a la gestión técnico-económica y estratégica sino constituirse como un apoyo.